LUIS ERNESTO GÓMEZ

(Maracay, Venezuela, 1977)
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ACERCAMIENTO A LA POÉTICA DE ALFREDO SILVA ESTRADA


-----------------------------Luis Ernesto Gómez


----------------------------“"LA NOCHE ES UN DERRUMBE DE PUERTAS SABIAS
----------------------------“Un naufragio de cruces sobre mar de hojas nuevas”
----------------------------“De la Casa Arraigada (1952-3). Alfredo Silva Estrada




Alfredo Silva Estrada es portavoz de una poesía de carácter muy personal dentro del panorama de la poesía contemporánea venezolana. Ludovico Silva (1975, p.111), lo asegura, cuando dice que “constituye un caso singular”, incluso “insular... porque su obra se presenta como una vasta isla poblada de seres que son en exclusiva invención del poeta”. Es considerado históricamente como perteneciente a la llamada “Generación del 58”, pero Ludovico Silva advierte esta consideración como equívoca ya que comienza a publicar antes del mencionado año y, su obra escrita “poco o nada tiene que ver con los temas y las actitudes de los distintos grupos poéticos que actuaron durante ese período” (ob cit).

Nacido en Caracas en 1933, Alfredo Silva Estrada comienza su amplia labor poética con la publicación del De la Casa Arraigada (1952-3). Luego publica Cercos (1954), De la Unidad en Fuga (1957-61), Del Traspaso (1961-2), Literales (1962-3), Acercamientos (1963-7), libros que hacen que la crítica lo denomine como “la búsqueda poética más intensa – a nivel de investigación de la palabra poética y sus posibilidades – que se haya dado en los últimos años de la poesía venezolana” (Silva, 1975: 112). Así también lo expresa Fernand Verhesen que sitúa a Alfredo Silva Estrada “entre aquellos cuya obra es suficientemente importante para figurar en el más alto nivel de la poesía hispanoamericana” (Verhesen/Silva Estrada, 1992: 73). Palabras pregonadas por la crítica que se manifestaron plenamente en el tiempo, al obtener el poeta el Premio Nacional de Literatura del CONAC en el año 1998, alta distinción nacional que reconoce en vida el valor de su obra literaria.

Conciencia del sonido y rigor estructurado

La obra de Alfredo Silva Estrada mantiene una apreciable unidad, palpable durante el trayecto de sus libros. Entre ellas destaca Ludovico Silva “su carácter filosófico” (Silva, 1975: p.116) –Alfredo Silva Estrada es filósofo de carrera-, “su empeño constante en formar versos que constituyan en sí mismo unidades perfectas: versos-poemas” (Silva, 1975: p.115). También es de reconocer la conciencia del sonido poético destacada por el escritor Rafael Castillo Zapata:

“A cierta familia de poetas se les reconoce desde lejos por su entrega incondicional a la fuerza del sonido. En ellos... el poema es una suerte de mancha sonora todavía no explicada en palabra... el poema se precipita como dictado por el puro desencadenamiento del sonido en la conciencia del poeta. A esta familia pertenece Alfredo Silva Estrada.” (Castillo, 1992: p. 8)


El crítico literario Oscar Rodríguez Ortiz, destaca entre sus características el hecho de “aceptar lo pendulante” (Rodríguez, 1982: 9) –lo que lo vincula al manejo especial del ritmo-, y su actitud ante el poema evidencia que “no procede por arrebato ni por ingenuidad... lo vislumbrado se retrae sobre un cálculo que pretende lo armonioso” (Rodríguez, 1982: 9). Ludovico Silva hace referencia a su obra como “una actividad de imaginación lingüística” (Silva, 1975:111):

“Alfredo Silva Estrada parece no consentir en las palabras sino a condición de que éstas tengan un cierto valor fónico, o hasta plástico, valor significativo de un ritmo profundamente sincopado en razón de una dislocación del lenguaje” (Verhesen/Silva Estrada, 1998: 75)


Esto evidencia, una experimentación decidida ante el lenguaje, su poesía se basa en la búsqueda de nuevas formas del decir. Otro elemento característico importante de este autor lo enuncia Castillo Zapata, al hacer referencia al rigor en la estructuración del poema:

“Si el goce de la posesión sonora marca el primer paso del proceso de esta poesía, el rigor del diseño que ciñe el desmelenamiento verbal implícito en ella es el segundo.” (Castillo, 1992: p. 8)... “el consistente trabajo de estructuración al que Silva Estrada somete a su poema. El rigor viene así representado por la idea de sistema: los poemas y los poemarios son pequeños organismos relativos compuestos por piezas intercambiables que se desplazan de un lado al otro, alteran su posición constantemente y dan, a todo el conjunto, la forma de un engranaje provisional, compacto y estable, pero sujeto a repentinas intromisiones azarosas” (Castillo, 1992: p. 9)


Entre 1967 y 1971, Silva Estrada publica la serie de tres poemarios Transverbales (1967) que consiste en un juego de naipes donde cada uno contiene versos independientes, y su lectura se basa en la disposición de estas cartas poéticas. La lectura será dictada por el orden azaroso en que se dispongan los versos que cada naipe contiene. Experimento que puede vincularse con obras musicales también experimentales del siglo XX en el plano sonoro donde interviene el elemento azaroso como es el caso de autores como Boulez, Stockhausen y Cage.



De Trans-verbales 1



De Trans-verbales 3



Ludovico Silva describe el alma de este momento poético de la siguiente manera: “son juegos de naipes libremente elegibles, cada quien hace su poema...” (Silva, 1975: p.130). Oscar Rodríguez Ortiz hace la referencia de que aquí “el poema ni acaba, ni termina: es simplemente” (Revista Imagen, 1998:p.13). El mismo Silva Estrada definirá este insólito poema, en la solapa de su edición, como: “Poema plural, poema de múltiples poemas implícitos / Poema de múltiples y circundantes estructuras relacionales ... cerradas y abiertas, engendradas y engendrándose / en sucesivas coincidencias del azar y del absoluto” (Ob. cit).


Los Quintetos del Círculo

También es de destacar la obra poética Los Quintetos del Círculo (1971-8), donde “a partir de un primer poema, se ejerce un arte combinatoria con los restantes” (Silva, 1975: p.130). Este poemario consiste en cinco quintetos que forman una serie de cinco poemas que a su vez reflejan imágenes existenciales girando en torno al círculo:


"
--------------------1

desde el fondo


--------------con la sed de advenir


ESTE CIRCULO
...
congregándose ahora
--------girando
-----------en la fidelidad sostenida al fondo
a la sorpresiva irradiación del eje
---------------------hasta el desborde
entre los vagos límites de tu visión
...


--------------------2

desde el fondo con la sed de advenir
luz adentro y afuera --------------ESTE CIRCULO

...
posible imagen del centro girando, congregándose
en la fidelidad sostenida al fondo
...

este círculo doble ser

entre los vagos límites de tu visión
entre ----------------plena visión

...

el roce vuelto pensamiento abarca
---------la sorpresiva irradiación del eje
... "

En estos poemas se ponen “de manifiesto las relaciones entre la técnica combinatoria y los modos de aprehensión y organización...” (Rodríguez, 1982: 24), así como también “el diseño, el montaje, los grupos seriales, la repartición de piezas verbales cuyo valor surge de su relación con las otras – por lo que los poemas se convierten en una suerte de rompecabezas” – (Castillo, 1992: p. 9).

Observamos entonces el rigor constructivo en Los Quintetos del Círculo (Círculo que gira entre imágenes que van y vienen) y la experiencia del azar (poema que se construye definitivamente en cada lectura, siempre distinta una de otra) en los Transverbales. De ahí Castillo Zapata asegura lo siguiente:

“La experiencia de lo azaroso, de lo que adviene como regalo del espacio sonoro, está impregnada de sabiduría compositiva. El poema es una partitura que surge azarosamente al tiempo que se plasma vertebrada, arquitectónica, con alardes proporción y simetría”. (Castillo, 1992: p. 9)


Por supuesto que las características mencionadas no son exclusivas de estos poemas, digamos que estas formas estructurales se hacen más evidentes en estos dos poemarios mencionados. Sin embargo, podría pensarse equívocamente que esta “experimentación” cerrada, rigurosa, casi al extremo, utiliza una suerte de recetas, de pasos algorítmicos para construir poemas automáticamente: en vista de ese peligro interpretativo, Ludovico Silva nos dice lo siguiente.

“Si Silva Estrada puede presentarnos sus versos como experimentos individuales, es porque han nacido en una experiencia también individual. Es su experiencia con el mundo y con la palabra poética, que es una de la experiencias más intensas de Latinoamérica en los últimos años... Los que lo llaman experimentador pretenden situarlo como una especie de laboratorista que diseca sus versos, los coloca en adecuadas probetas, los hace hervir y, en su punto de ebullición, los deja secar hasta que quedan convertidos en los poemas de sus libros... Sus experiencias poéticas no tienen nada de experimentos poéticos, son poesía hecha y cumplida” (Silva, 1975: p.130).


Ofrendas

En su obra “Por los Respiraderos del Día” (1980-92) podemos apreciar el poema Ofrendas, cuyo origen, según lo expresara el mismo Silva Estrada, es eminentemente musical:

“Huidobro... de su obra originalmente escrita en francés, un breve poema La Chanson de Lá-Haut (La Canción de allá arriba), iba a tener un especial destino: encontrarse con el poema de Juan José Tablada La Croix du Sud (La Cruz del Sur) en la obra del compositor Edgar Varése, Ofrendas (1921), para soprano, instrumentos de viento, cuerda y percusión... Mi poema-reflejo es un intento de entretejer y transmutar en ocasiones desde mi propio lenguaje, los lenguajes de dos poetas tan sorprendentemente afines” (Silva Estrada, 1998:29-30)


Dedicado (ofrendado) al compositor venezolano, ganador del prestigioso Premio Tomás Luis de Victoria en España (2002), Alfredo Del Mónaco. La dedicatoria del poema a Alfredo Del Mónaco que se puede apreciar luego del título, nos permite entonces imaginar el posible origen de este poema en alguna velada donde Del Mónaco le haya hecho escuchar la obra musical al poeta.

Por otro lado, Silva Estrada hace referencia al término poema-reflejo. Este un poema - en cinco partes - donde enuncia colocando los dos poemas de Huidobro y Tablada, para luego ejercer su propia ofrenda utilizando, bien citados, bien variados, elementos de ambos poemas y propios, “trasmutando” el poema.

Por mostrar un ejemplo, revisemos el fragmento final en el primer poema de Ofrendas (Silva Estrada, 1998:p.34):

"Clarín sonando hacia todos los mares
------------------------------hacia la Isla de Antaño
donde mujeres con gestos de madrépora
tiene pelos y labios rojo-orquídea


------------------------orquídea clarín
------------------------caracol musicante
------------------------abismo indispensable de la canción axial

Música de pétalos sin perfume

Tema de lluvia que encierra todo el trópico
----------------------------en una jaula de cristal"

De este fragmento, observamos la citas variadas (reflejadas, porque en realidad son suerte de reflejos) de Vicente Huidobro (Silva Estrada, 1998:p.31) :

“y sueno mi clarín
hacia todos los mares…”

Y las de Juan José Tablada (Silva Estrada, 1998:p.32):

“las mujeres con gestos de madrépora
tienen pelos y labios rojo-orquídea
...
como una cebra hacia la Isla de Antaño
...
la lluvia encierra todo el Trópico en una jaula de cristal…”

Estas citas están dispuestas en diferente orden y variadas según la disposición de gusto de Silva Estrada: es este un ejemplo de su propia trasmutación poética. Los poetas elegidos, Huidobro, chileno y Tablada, mexicano, son dos poetas latinoamericanos de principios de siglo que se destacaron, entre otras cosas, por su vanguardia y experimentalismo en su época. Podríamos entonces comprender la afinidad que surgió en Silva Estrada, al éste apreciar las posibilidades lúdicas que le permitirían crear su propia e particular Ofrenda para el compositor de nuestras latitudes Alfredo Del Mónaco.

Como pudimos apreciar en el fragmento anterior, la poesía de Silva Estrada se nos hace difícil, hermética, enigmática:

“La lectura de Silva Estrada es ardua, llena de dificultades. Su afán de sugerir lo lleva a crear asociaciones insólitas, a veces muy lejanas la una de la otra, por lo que se hace difícil seguir el ritmo discursivo, cuando lo hay, en sus poemas. Porque es evidente que en una poesía de este talante no siempre existirá un ritmo discursivo a seguir. Lo que sí se puede seguir siempre es el ritmo de las asociaciones” (Silva, 1975: p.117)


Alfredo Silva Estrada nos ofrece una poesía de una originalidad plena y un sentido unitario en todos sus poemas. Su poesía no es: lo fácilmente apreciable, se hace a veces del acertijo y del balbuceo, resultado de sus experiencias gramaticales, siempre distintas a lo que comúnmente son. Escuchemos en sus propias palabras esta visión:

“El fenómeno hacia donde apunta la visión del artista no es lo directamente dado, lo que aparece y se nos hace frente en el plano de lo ya conocido. No es lo que el artista va a copiar o a representar, sino algo mucho más vasto, más totalizador... El artista va a ganar así un nuevo y auténtico inmediato. Lo inmediato para él, no está dado... Lo inmediato tendrá que conquistarse: hacerse visible lo invisible, táctil lo intangible, audible lo inaudito y decible lo inefable, sin desvirtuarlo, sin agotarlo...” (Silva Estrada, 1989: p.51).

Son estas palabras un mensaje al artista, y también son un mensaje para el lector: su poesía es un acertijo que se revela imposible de determinar con la razón a simple vista, y ese inmediato que lo devela es algo que debe buscarse, escudriñarse: definitivamente su poesía hay que conquistarla, o dejarse uno conquistar, nada inmediato, dejar que en su conversación visual circunde lugares de la oscuridad propia de cada quien para que luego alumbre diáfana en su verdad filosófica a través del ejercicio metafórico. Acaso ella es la belleza resguardada en el sonido de la palabra, en el ritmo, en la distribución de los versos en el espacio de la página, en lo insólito controlado como arma ante la razón.

Luis Ernesto Gómez
Caracas, 2005
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Referencias
Castillo Zapata, Rafael (1992). “Encarnada Quimera, Atajo de Azar” En: Alfredo Silva Estrada Acercamientos. Monte Ávila Editores Latinoamericana. Caracas, Venezuela. [Artículo prefacio a Antología de la obra del poeta].
Silva Estrada, Alfredo (1998). “Por los respiraderos del día. En un momento dado”. Monte Ávila Editores Latinoamericana. Colección Altazor. Caracas, Venezuela.
Silva Estrada, Alfredo (1989). “La palabra trasmutada. La poesía como existencia: Selección de textos acerca de la Palabra Poética (1960-1988)”. Colección Medio Siglo de la Contraloría General de la República. Serie Letra Viva. Caracas, Venezuela.
Rodríguez Ortiz, Oscar (1982). “Descripción de un Arraigo (Acercamiento a la poesía de Alfredo Silva Estrada)”. En: Alfredo Silva Estrada Los Quintetos del Círculo / Variaciones sobre Reticuláreas. Monte Ávila Editores Latinoamericana. Colección Altazor. Caracas, Venezuela. [Artículo prefacio].
Rodríguez Ortiz, Oscar (1998). “Transverbales: el azar y el absoluto”. En: Revista Imagen La Cultura Confrontada. Consejo Nacional de la Cultura. Año 31 no.2 Septiembre-Noviembre. Caracas, Venezuela.
Silva, Ludovico (1975). “Alfredo Silva Estrada. La Imaginación Lingüística” En: La Torre de los Ángeles. Monte Ávila Editores Latinoamericana. Caracas, Venezuela. [Publicado como libro en 1991].

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